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Mostrando entradas de noviembre, 2020

Motor

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 Nuestros hijos e hijas son el motor de nuestra vida , ese impulso , esa energía que nos hace luchar cada día , con ellos creamos un vínculo difícil de romper por más que se lo propongan siguen siendo una prolongación de nosotros mismos . La felicidad simplemente de verlos, de saber que están bien... La fórmula es tan sencilla, que como somos tan complicados todos, nos cuesta creer en ella , es amar , amar con todas nuestras fuerzas sin esperar nada a cambio y cuando esa felicidad se termina por cualquier tipo de causa , tener la capacidad de retenerla en la memoria de enumerarlas para seguir siendo felices y recordarlas.

Grandes finalidades

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 Nuestra existencia tiene dos grandes finalidades , ganar tiempo y sobrevivir a el. Es increíble la resistencia que tenemos a las cosas que nos  suceden, enfermedades, desastres naturales, guerras , virus, miseria, perder aquellos que queremos, aún así seguimos mendigando tiempo al tiempo llenos de esperanza. De momento no se ha encontrado el elixir para hacer nuestra vida eterna y solo podemos prolongarla dejando  un legado digno de mención en la historia de la humanidad como tantas mujeres y hombres extraordinarios o a través  de nuestros hijos e hijas de esa herencia genética, de la existencia que les contamos no como la hemos vivido sino cómo somos capaces de contarla...

No voy a llorar

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 En la mayoría de las ocasiones somos nuestro enemigo más temible, en pocas ocasiones reconocemos lo valientes y fuertes que hemos sido para recorrer el camino que hemos realizado . Yo siempre he gritado el nombre de lo que me daba miedo para ponerle cara y enfrentarme a el . Esta vez la herida en mí pecho me desgarra y reduce el deseo de vivir a casi nada. No voy a seguir llorando, no voy a restar mis fuerzas haciéndolo. Tengo un compañero, familia , amigas extraordinarias y por supuesto a vosotras mujeres, así que sólo tiraremos la toalla el próximo verano en la playa.

Feliz 92

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Nuestros hijos, nuestras hijas son como la arcilla a los que moldear,amar, reir y sobretodo sufrir. Les damos la vida, tiempo y entrega. No traen ningún manual con las instrucciones, así que lo hacemos lo mejor que podemos. El instinto nos dice en muchas ocasiones que construyamos una barrera que les separe  del mundo exterior para que no los agredan mientras crecen y se hacen fuertes para enfrentarse a el. Queríamos coger todas sus penas preocupaciones y que no padecieran. Saber hacerlo bien y no agobiarlos, aplastarlos ni axfisiarlos con nuestro amor ese que les damos en abundancia con el convencimiento de hacerlos más y más fuertes. Siempre esperamos nuestra recompensa lo hayamos hecho bien o mal y es oirles decir" te quiero mamá".

Encaminados

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 He visto gente que parecen perfectamente felices, a mí me hubiera gustado formar parte de ellos, aunque lo reconozco no puedo dejar de contemplarlos con cierta incredulidad. Nosotros somos de esas personas que discuten y lo hacen por casi todo,alzamos un poco más la voz y solo de año en año cerramos la puerta del golpe, pero todo es más fácil tras una buena pelea, en la que sacas el genio de su lámpara para que estire las piernas y se pasee.Luego un tiempo de reposo en el que bajas las armas y se borran los reproches, los abrazos, besos dulcifican y pacifican las pasiones por defender tú criterio. Todo vale antes que el silencio,la indiferencia y la apatía se instalen con nosotros.Aunque cada día vamos más encaminados hacía una vejez más pacífica.