Maldad

El asesinato del pequeño Gabriel es algo aterrador,que merece la más rotunda y enérgica condena. La vida inocente de un niño ha sido cegada,es una atrocidad que debe ser castigada con el peso máximo de la Ley. Por otra parte siento una tremenda tristeza porque existan personas capaces de manipular y utilizar las desgracias ajenas para dirigirlas sobre el odio y la xenofobia. La maldad se esconde, se disfraza, convive con nosotros en nuestra sociedad. No tiene color, no tiene sexo,no tiene edad.
Anida en el ser humano desde su existencia,puede venir desde dentro de nuestro país o desde fuera, desde el entorno de familiares y amigos, o desde los más absolutos extraños.
Para intentar erradicarla debemos educar en el respeto por la vida el don más preciado que tenemos. Luchar contra todo tipo de violencia y agresión...