Nunca
Nunca dejes que la verdad estropee una buena historia. Todos tenemos historias
que contar, quizás lo difícil es contar las divertidas con toda su veracidad, tal vez porque nuestro sentido del ridículo es casi tan alto como nuestro ego. Bienaventurados los que se ríen de si mismos, ya que nunca se les acabará el cachondeo.
que contar, quizás lo difícil es contar las divertidas con toda su veracidad, tal vez porque nuestro sentido del ridículo es casi tan alto como nuestro ego. Bienaventurados los que se ríen de si mismos, ya que nunca se les acabará el cachondeo.
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