cuento un cuento

En un país muy, muy cercano vivían unas buenas gentes, con su propio idioma, que durante mucho tiempo fueron castigados por los señores si lo hablaban o si practicaban sus costumbres.
La tierra era buena y con mucho trabajo daba sus frutos, tanto era así que venían gentes desde otros lugares. En esa amalgama había quien aprendió a amar la tierra como suya, pues dicen que uno es de donde trabaja y vive, no de donde nace, pero sin renunciar nunca a tus orígenes. Habían otros que nunca la amaron, pese a que en ella habían nacido sus hijos. Miraban de no mezclar sus raíces ni su cultura.
De todas formas, se respetaban unos a otros y hablaban dos idiomas, que no empobrece, si no que enriquece a las personas el saber.
Los señores del castillo de la tierra del centro, cada vez cobraban más alto peaje y más tributos. A ellos no les importaba compartir las cosechas, eran buenas y podían permitirse ser solidarios. ¡Ah! El cuento tiene capítulos y este es el primero. Sigue si te interesa, porque entonces leerás. Cuento contado, cuento acabado.