Frágiles

Que frágiles somos,cuesta tomar conciencia de que nuestra vida pende de un hilo invisible que nos sostiene aquí. Después de caer  ya nada ha vuelto hacer igual. Ha pasado casi un año y todo sobrevino, siempre dije que el baile era mi vida y que me sería imposible seguir sin la adrenalina, el subidón de entrar en una sala repleta de gente, con los tacones de vértigo, una minifalda, la melena rubia suelta, el mejor perfume y la mejor sonrisa, pisando fuerte con seguridad sin que se puedan resistir a girar la cabeza y mirarte. Bailar hasta caer rendida ,disfrutar haciéndolo. Esos paseos y caminatas a los que nunca me planteé renunciar. Las piernas que físicamente es lo que más me gusta de mí. Ahora todo depende del hilo que me sostiene ese que día a día merma mi movilidad.