Paradigma
La inercia nos empuja, nos envuelve, nos seduce, sin que tomemos conciencia, de la prisa, de lo rápido que hacemos todo y de lo poco que disfrutamos los momentos. Los pasillos del metro son un ejemplo, una gran masa de gente que corre sin parar hacia un lado y hacia otro, entonces tú corres, y corres aunque vayas bien de tiempo y no te espere nadie. Para mí es el paradigma de nuestras vidas, de nuestro tiempo. Así es como terminamos en esa masa compacta que nos asfixia de gentes grises y sin colores.
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