Ofrecer más

 Siempre he oído decir que lo importante no es el tiempo que le dedicamos a los seres que quieres, a aquellos que amas, sino la calidad del mismo. Con el tiempo comprendes que la calidad es tan importante como la cantidad, sobretodo por que no hablamos a petición de los demás, cuando pueden dedicarnos  unos instantes sentimos la presión del reloj, de esas horas que no queremos consumir hablando apresuradamente haciéndonos protagonistas de ese espacio. La cantidad nos aporta espontaneidad y naturalidad, dejar que fluyan nuestras palabras, ante una taza de café, un paseo o quizás tras un silencio largo en el que hemos sido cómplices con la mirada. Aunque todo es válido cuando no podemos ofrecer más. Eso sí , intentemos ser naturales, espontáneos ,y no servir los sentimientos enlatados, ni a la carta.